Le pido a mi cabeza que me deje dormir,
a mi cuerpo que funcione más o menos
correctamente,
al presidente del gobierno de mi país
que plante tomateras.
Le pido a los cigarrillos que dejen de
fumarme constantemente,
a las señoras tan serias que besen
señoras tristes,
a los camellos que digan la verdad.
Le pido por favor a los idealistas que
lo dejen ya,
que al menos no me dejen hablar con
ellos,
que no les convengo.
Pediría tiendas de ropa plagadas
seriamente,
una nueva raza de pulgas microscópicas
y voraces,
aquel señor gastando su presupuesto en
exterminadores experimentados.
Un día al año todos callados no
estaría mal pedir,
pensar en las opiniones, en las dos o
tres que tenemos,
di tú que son basura.